Llegó la tercera
Domingo a la tarde, Agustina se encuentra en su casa, ubicada en San Miguel del Monte, escuchando música y preparando la mochila para ir al colegio al día siguiente. Agustina es una joven de 16 años, miembro de una familia de 4 personas formada por Damián, su padre, Paula, su madre y Lucas, su hermano mayor.
Afuera todo es silencio. En su habitación solo se escucha la música reproducida en el Smart Tv y su voz acompañándola. Los padres de Agustina se encuentran preparando la merienda en el comedor mientras miran una película. Lucas se fue a jugar a la pelota con sus amigos y su familia espera que vuelva a casa para la hora de la cena.
De un momento para el otro, Damian ingresa en la habitación de Agustina y la invita a merendar con ellos, contándole que había llamado por teléfono a su hermano para una tarde en familia, algo poco habitual en su casa, y que él ya estaba en camino. Agustina sospechaba algo raro, la actitud de sus padres era sospechosa.
Entre veinte y treinta minutos tardó Lucas en llegar a casa, cuando abrió las puertas y vio a toda su familia en la mesa, esperando a él para comenzar a merendar. Agustina le guardó un lugar al lado de ella. Antes de él habían llegado sus abuelos, por lo cual la mesa estaba repleta. El mate ya estaba listo y las facturas también.
La merienda se tornaba normal, con charlas y risas. El domingo a la tarde era muy familiar y mientras el sol caía, y las sospechas de Agustina iban disminuyendo. Hasta que derrepente, Damian llama la atención de todos y se prepara para anunciar una noticia. La expectativa es grande. Agustina y Lucas se miran, con miradas cómplices, casi sabiendo lo que iba a venir.
Paula y Damián abrazan a sus hijos, mientras le cuentan que van a tener un hermano. La familia nuevamente se ampliará y la emoción se refleja en las lágrimas de Lucas y Agustina.
Afuera todo es silencio. En su habitación solo se escucha la música reproducida en el Smart Tv y su voz acompañándola. Los padres de Agustina se encuentran preparando la merienda en el comedor mientras miran una película. Lucas se fue a jugar a la pelota con sus amigos y su familia espera que vuelva a casa para la hora de la cena.
De un momento para el otro, Damian ingresa en la habitación de Agustina y la invita a merendar con ellos, contándole que había llamado por teléfono a su hermano para una tarde en familia, algo poco habitual en su casa, y que él ya estaba en camino. Agustina sospechaba algo raro, la actitud de sus padres era sospechosa.
Entre veinte y treinta minutos tardó Lucas en llegar a casa, cuando abrió las puertas y vio a toda su familia en la mesa, esperando a él para comenzar a merendar. Agustina le guardó un lugar al lado de ella. Antes de él habían llegado sus abuelos, por lo cual la mesa estaba repleta. El mate ya estaba listo y las facturas también.
La merienda se tornaba normal, con charlas y risas. El domingo a la tarde era muy familiar y mientras el sol caía, y las sospechas de Agustina iban disminuyendo. Hasta que derrepente, Damian llama la atención de todos y se prepara para anunciar una noticia. La expectativa es grande. Agustina y Lucas se miran, con miradas cómplices, casi sabiendo lo que iba a venir.
Paula y Damián abrazan a sus hijos, mientras le cuentan que van a tener un hermano. La familia nuevamente se ampliará y la emoción se refleja en las lágrimas de Lucas y Agustina.
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